Tecnología
 
Marzo 2012

IDENTIFICACIÓN:
MÁS ALLÁ DEL NOMBRE Y EL APELLIDO

Dr. Luis Alberto Bregni

 
  Como decíamos en nuestra entrega anterior sobre identificación por el nombre y apellido, hoy conocemos a nuestro cliente, más que por letras, por números.

Es el cliente 324565, cuyos ratios son XX y su cumplimiento 1, eso nos hace creer que tenemos conocimiento de él, de su comportamiento y de su historia y en consecuencia, actuamos.

Ya no es posible identificar a José Luis por su nombre, o a José Luis Gesualdo, por su nombre y apellido, sino que es necesario ficharlo, darle un número mágico, que lo distinga de otros, que lo haga diferente, un número que debiera ser único, para que, unívocamente se supiera de quien se trata cuando nos debamos referir a el.

En Argentina, están y estuvieron en uso distintos documentos para probar la identidad de las personas, como la Libreta Cívica –para las mujeres- la Libreta de Enrolamiento –para los hombres-, el Documento Nacional de Identidad, que pretendió unificar a los dos anteriores, siendo usado tanto para hombres como para mujeres, la Cédula de Identidad, que fuera emitida en su momento por las autoridades policiales y que las hubo de la Policía Federal y de las policías de cada provincia, a lo que debemos agregar, el Pasaporte, para identificación de quienes viajan al exterior y la CUIT, Clave Única de Identificación Tributaria, la CUIL, Clave Única de Identificación Laboral y la CDI, Clave de Identificación, estas últimas tres emitidas por la Administración Federal de Ingresos Públicos, que si bien no fueron documentos de identidad en si, fueron adoptados para identificar a las personas con fines fiscales y laborales.

El Banco Central de la República Argentina dispuso que, a efectos de identificación de los clientes para realizar operaciones bancarias, los Argentinos debían exhibir, DNI, Libreta Cívica o Libreta de Enrolamiento, dejando la Cédula de Identidad, como identificador exclusivo para extranjeros.

Pero, para la relación interna, entre las Entidades y el Ente Rector se debió utilizar como identificador de sus clientes el número provisto por la AFIP.

Si bien hoy se está tendiendo a unificar esta dispersión de documentos de identificación y diversidad de números, todavía hay bastante por recorrer.

¿No se simplificaría grandemente la identificación de las personas con un número realmente único, que lo identificara desde el punto de vista personal, fiscal, laboral, de tránsito, de legajo médico, etc. etc.? Finalmente, siempre hablamos del mismo sujeto.

Hasta este momento, hemos hablado de identificadores como el nombre, asociado a un apellido y a un número de documento. Paralelamente, la foto inserta en un elemento físico que contiene los datos de a quien dicen corresponder estos atributos, permite controlar que la persona que lo exhibe es, a priori, la titular de los mismos.

Es una verificación visual que aunque elementalmente, comienza a obligar a un trabajo de cotejo, que luego la tecnología se encargará de intentar automatizar.

Se requieren de los documentos físicos ciertas características de inviolabilidad para evitar la comisión de fraudes, como papeles especiales y tintas de seguridad, hologramas, bandas magnéticas, fotos especiales, huellas dactilares, etc.

Procedimientos tales como el reconocimiento de huellas dactilares, de la voz, el iris del ojo, del caminar y hasta el reconocimiento facial, se encuentran en plena expansión

En un mundo donde se realizan transacciones entre partes que no se conocen y que probablemente nunca se encontrarán, la autenticación de identidad se convierte en algo fundamental para el buen fin de la transacción.

La globalización, la expansión de las comunicaciones, las facilidades del transporte, entre otros, generaron la necesidad de otras opciones de identificación mas sofisticadas.

La evolución tecnológica, fue acompañando este crecimiento.

La identificación biométrica, crece y se populariza.