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Cómo lograr operaciones a medida de los clientes con costos reducidos.
La metodología de mejora de
la eficiencia en manufacturas llamada Lean (en inglés lean, ágil,
esbelto o sin grasa) fue concebida en Japón por Taiichi Ohno,
director y consultor de la empresa Toyota. Ohno observó que antes
de la Primera Guerra Mundial, la productividad japonesa era muy inferior
a la estadounidense. Después de la guerra, Ohno fue a Estados
Unidos, donde estudió a los principales pioneros de productividad
y reducción de desperdicio (en japonés, muda”) del
país como Frederick Taylor y Henry Ford.
Ohno, cuando visitó los supermercados tuvo un efecto inspirador
inmediato; encontró en ellos un ejemplo perfecto de su idea de
manejar inventarios reducidos, eliminar pasos innecesarios, supervisar
las actividades primarias y dar control al que hace el trabajo (en este
caso el cliente) como apoyo a la cadena de valor.
El objetivo es encontrar herramientas que ayuden a eliminar todos los
desperdicios y todas las operaciones que no le agregan valor al producto
o a los procesos, aumentando el de cada actividad realizada y eliminando
lo que no se requiere.
Se estima que más del 60% del costo de un servicio se produce
en los procesos administrativos de apoyo. Se sabe también que
se producen pequeños y reiterados desperdicios que van reduciendo
la eficiencia y al mismo tiempo van afectando la satisfacción
del cliente. Algunos de aquellos son resueltos internamente y el cliente
no se entera. Pero, lamentablemente, otros llegan y, son percibidos
afectando fuertemente su satisfacción y hasta su lealtad.
Hoy en día la aplicación del Modelo Lean ocurre también
en organizaciones de servicios como las entidades financieras. Varios
bancos del exterior son ejemplo de implementaciones exitosas. En nuestro
país en los últimos 5 años se está comenzando
también con su aplicación. Por ejemplo:
Trabajo en celdas: que es el reordenamiento del personal en lugares
físicos cercanos en función de los procesos en que intervienen
en grupos de trabajo con la consiguiente reducción de tiempos
y mejora de la comunicación entre los analistas.
Campaña de Ventas: La optimización de las campañas
simplificando y estandarizando actividades, mensajes y rutinas y mejorando
las bases de datos de clientes potenciales.
El éxito del Modelo Lean es que tiene la vista puesta tanto en
el cliente -para brindarle lo que necesita y pide- a la velocidad que
requiere como en la organización, para acrecentar su eficiencia
y lograr mantener los beneficios económicos planificados.
Es decir que el desafío que plantea el Modelo Lean es cómo
lograr operaciones que sean flexibles y a medida de los clientes y al
mismo tiempo con costos propios de las operaciones masivas. Cómo
combinar calidad percibida con “eficiencia.
La gran pregunta es ¿Cómo industrializar los servicios
financieros?
En Lean se busca disminuir al límite los desperdicios en la operación
y de esta manera hacer que el cliente sólo pague por lo que valora
y aprecia. Esto sólo se logra con el trabajo diario de todas
las personas que operan en cada proceso.
¿Y qué son los desperdicios en un proceso?
Son cosas que ocurren en el proceso y que no le sirven ni al cliente
que recibe el producto o servicio ni a los empleados que lo gestionan.
Suman tiempos innecesarios, complican la operación y le agregan
costos que alguien deberá pagar.
Hay siete desperdicios típicos que identificó Taiichi
Ohno y que podemos observar en cualquier proceso:
1. Esperas:
El proceso no puede seguir porque se debe esperar la autorización
o la información de alguien. La operación se demora y
no se puede cumplir con el plazo establecido, y aún peor, prometido
al cliente. A veces el cliente percibe esta demora. A veces está
directamente involucrado y el que tiene que esperar es el propio cliente.
2. Movimientos excesivos o innecesarios:
Las personas van y vienen sacando copias de documentos y buscándolos
en una impresora distante. Los correos electrónicos van y vienen,
con copias a más personas de las necesarias. Los insumos llegan
a depósitos lejanos y luego deben ser redistribuidos reiteradas
veces a los lugares de uso, por un recorrido inadecuado.
3. Errores y sus respectivas correcciones:
Todo lo que inexplicablemente se hizo mal la primera vez y debe ser
revisado por analistas, confirmado el error y luego corregido. En Lean
se habla de “defectos” en el proceso. Son la consecuencia
de los errores y pueden originarse tanto interna como externamente.
El espectro de este despilfarro es muy amplio y si repasamos lo que
pasa en los procesos podremos identificar desde casos en donde el cliente
presenta documentación inadecuada o incompleta en una solicitud,
hasta la resolución incorrecta de un reclamo, que luego debe
ser reparada.
4. Sobre procesamientos:
Asignar a una actividad mayores recursos de los que el cliente requiere.
Demorar la presentación de una propuesta comercial para agregar
gráficos y fotos, cuando el cliente había requerido solamente
un borrador de orientación. Realizar campañas masivas
con envío de productos a bases de datos de clientes sin evaluar
quienes podrán continuar con la contratación del producto
por responder al perfil requerido.
5. Inventarios:
Acumular insumos, productos, cosas, de manera excesiva. Deben ser almacenados
en lugares protegidos, controlados. A veces se tornan obsoletos y deberán
ser desechados. Es el caso de la folletería para campañas,
que se imprimen en gran cantidad, luego es usada sólo en una
proporción y cuando la campaña finaliza debe ser eliminada
o puede quedar ocupando lugar en los depósitos por años.
Un principio del Modelo Lean es evitar los inventarios o tratar de llevarlos
a un mínimo.
6. Sobreproducción:
Es hacer algo antes que sea solicitado. En el caso de las campañas
mencionadas, no sólo se genera un “despilfarro” por
sobreprocesamiento. También se ofrece productos a personas sin
saber que les puede interesar la oferta. La probabilidad de éxito
de la campaña se reduce por no elegir a los destinatarios adecuados.
7. Habilidades personales:
No se utilizan las habilidades de las personas que intervienen en el
proceso. Se las desaprovecha haciendo tareas que no agregan valor. No
se les da la oportunidad de analizar el proceso y proponer mejoras.
Aunque parezca increíble aceptar, cuando comenzamos a analizar
los procesos con esta perspectiva podemos encontrar que algunos de ellos
pueden tener hasta el 95% de su actividad cubierta por tareas que son
desperdicios.
Si al leer estas líneas usted reconoció estos u otros
desperdicios en los procesos en los que interviene y considera que su
organización está preparada para identificarlos, informarlos
y tratar de resolverlos, entonces el enfoque del Modelo Lean puede ser
una solución.
*MBB: Master Black Belt at American Society for Quality
www.portoyasociados.com.ar. |