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Un
sistema complejo que se ha mostrado eficiente en grupos reducidos y
donde la intervención del operador del control, cobra suma importancia.
Uno de los
métodos de reconocimiento biométrico utilizados en diversas
situaciones para la identificación de personas es el reconocimiento
facial.
Este tipo de reconocimiento, requiere de condiciones especiales para
tener un grado aceptable de confiabilidad. Iluminación, fondos,
expresiones, hacen parte importante en este método. La calidad
de imagen, la antigüedad de la misma, la orientación, la
distancia, son factores a considerar, para que el reconocimiento facial
sea exitoso.
Sin embargo, este método se ha mostrado eficiente solo para identificación
dentro de un conjunto no demasiado extenso de individuos.
El sistema, transforma en bytes, mediante algoritmos matemáticos,
las imágenes capturadas.
Entonces, el primer paso necesario para su aplicación es construir
una galería de imágenes a comparar.
Esta base, deberá construirse, teniendo en cuenta condiciones
estrictas de seguridad en cuanto a su manejo y conservación de
la información.
Dadas las características de los aciertos, deberían considerarse
como falsos positivos, es decir, presumiendo un posible error.
Cabria preguntarse, si las personas que conforman la base con sus imágenes,
• Dieron su consentimiento para estarlo y en que forma.
• Si fueron informadas sobre el propósito de uso de esas
imágenes.
• Si las mismas son compartidas con terceros.
• Si las imágenes, se comparten en una red, bajo que condiciones
de seguridad se lo hace.
El sistema funcionará de la siguiente forma:
1. Se construye un banco de imágenes de prueba.
2. Se toma la imagen para ser cotejada mediante el sistema de reconocimiento.
3. Finalmente, un operador decide si se trata de un positivo real o
de un falso positivo.
Este proceso puede ser más simple si lo que se trata de verificar
es que JUAN DNI 12488567 es quien dice ser, pues el cotejo se hace 1
a 1, entre la imagen de prueba y la almacenada en la galería
de imágenes con que contamos.
Diferente
es el caso, de búsquedas de que sujeto se trata en función
de una imagen dada, pues en este caso es muy posible que el sistema
traiga varios falso positivos en función del grado de certidumbre
que pretendamos de la búsqueda.
Siendo aun más grave que los falsos positivos los falsos aceptados,
donde la falla puede tener consecuencias más importantes.
La digitalización
– Los algoritmos. El primer paso, construir una base
de cotejo.
Como lo comentáramos,
es necesario transformar las imágenes de las caras, o mejor dicho,
ciertas de sus características en bytes y esto tiene profundas
complejidades.
Han aparecido diferentes formulas para hacerlo y en si, de su efectividad
dependerá luego la eficiencia del sistema para obtener positivos
reales. La primer dificultad pasa por determinar que es cara y que es
ruido de fondo. Por tanto la calidad de la imagen en este proceso es
esencial. El tema es aun más complicado, si en lugar de una foto
lo que se analiza es un video. Lo que aparece como sencillo al ojo humano,
se torna complejo al momento de la automatización.
El sistema debe determinar que parte de la imagen es cara y por tanto
debe convertir y cuales no. La detección de ojos es uno de los
métodos utilizados para definir en una foto que es cara y que
no.
Si no hay marcas faciales posibles de localizar, el procedimiento se
torna imposible de llevar adelante
El segundo paso, consiste en normalizar la imagen en términos
de tamaño, pose, luminosidad, etc., intentando llevarlas lo más
posible a las características definidas en la base de datos,
nuestra galería de imágenes.
Una vez que la normalización ha sido lograda, comienza el proceso
de extracción de datos para obtener una representación
matemática facial y para guardar esos datos en una galería
de imágenes que usaremos para el cotejo.
En el proceso de digitalización el sistema se basa en características
distintivas del sujeto y por tanto se estima que un 90% de las diferencias
se obtienen del 10% del total de la infomacion disponible.
Referido a la calidad de imagen para reconocimiento facial, hay standares,
definidos ANSI 385-2004, por ejemplo donde se marca que
• Antigüedad no debe ser mayor a 6 meses
• Cara ocupando el 70/80% de la foto
• 35 a 40 mm de ancho
• Mirando directo a la cámara
• Tonos naturales
• Apropiado contraste y brillo
• Ojos abiertos y visibles
• Mirando a la cámara
• Iluminación sin sombras
• Sin cobertores de cabeza
• Sin antejos
• 90 píxeles como mínimo
Es por todo esto, que las imágenes tomadas de un video, en general,
no responden a estas características de calidad requeridas, lo
que hace difícil su trabajo.
El papel del operador
en el reconocimiento facial.
En este proceso
cobra fundamental importancia el accionar del operador.
El factor de seguridad hace que a mayor seguridad menor cantidad de
posibles aciertos.
El operador recibe del sistema una lista de posibles aciertos ordenados
por calidad decreciente para decidir sobre cual fuera su positivo buscado.
Este proceso se
complica cuando el operador debe trabajar sobre imágenes de rostros
que no son de su misma raza. Supongamos ser el operador trabajando en
un puesto de control inmigratorio del aeropuerto de Beijín. Interesante
problema para un operador que no sea Asiático.
La variante del
reconocimiento infrarrojo.
Una alternativa
que obvia parte de todas las dificultades aquí enumeradas, es
el reconocimiento infrarrojo.
Partiendo de la temperatura de las venas bajo la piel, las que tienen
una temperatura de 01 grado más caliente que la piel que las
rodea, puede mediante este tipo de reconocimiento, trazarse un mapa
de ellas, siendo también único para cada persona.
Este método es el menos afectado por cuestiones de iluminación
y funciona aún en las condiciones de oscuridad absoluta, siendo
útil para reconocer también a personas enmascaradas.
Conclusiones
El reconocimiento
facial tiene una efectividad que decrece sensiblemente en ambientes
abiertos, es decir fuera de ambientes controlados.
Se concluye, que ha mostrado ser efectivo para identificación
de grupos reducidos, mostrándose cambios muy significativos entre
las pruebas de laboratorio realizadas y la práctica.
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