Economía
 
Diciembre 2012

PROYECCIONES 2013: FUNDAMIENTOS Y RIESGOS

 

 
 

Los pronósticos son más optimistas para el 2013, considerando un incremento importante de la producción agrícola 2012/2013 y una recuperación de la economía brasileña.

Los datos acumulados hasta el tercer trimestre del corriente año muestran una fuerte desaceleración de la actividad productiva -según la información oficial- o bien directamente un estancamiento -de acuerdo a cálculos privados-. En todos los casos, no obstante, se coincide en que los sectores productores de bienes -agro, industria y construcción, principalmente- mostraron una performance más negativa que los sectores productores de servicios.

En la comparación intermensual, de todos modos, se comprueba que a partir del mes de julio la mayoría de los indicadores del nivel de actividad tienden a expresar una mejora, por lo cual se espera, que la segunda mitad del año refleje una recuperación de la tasa de crecimiento del PBI. En el mejor de los casos, sin embargo, se proyecta una moderada expansión para todo el 2012, de una magnitud que en un reciente informe de la Cepal se establece en el 2%.

Los pronósticos son más optimistas para el 2013, considerando un incremento importante de la producción agrícola 2012/2013 –recordar que la campaña precedente fue afectada por la sequía– y una recuperación de la economía brasileña. Ambas circunstancias, sumadas a menores compromisos de deuda pública, Podrían generar un excedente adicional de divisas superior a los u$s 12.000 millones en el 2013.

La obtención de tal excedente flexibilizaría la restricción externa, que ha impulsado hasta aquí tanto el control de importaciones como las crecientes dificultades para acceder al mercado de cambios. Bajo las condiciones de un mejor escenario del sector externo para el 2013, el gobierno podría ampliar su margen de acción para impulsar políticas de expansión del consumo, teniendo en cuenta los desafíos de un año electoral.

En consecuencia, es factible que el gobierno modere parcialmente los controles sobre las importaciones para viabilizar un mayor crecimiento de la economía, por un lado, al tiempo que puede continuar con la política de retraso cambiario para no exacerbar el proceso inflacionario. Todo esto, seguramente, en el marco de la permanencia de severas limitaciones para acceder al mercado de cambios, dada la existencia de una significativa demanda potencial de divisas por razones de atesoramiento.

El otro instrumento que presumiblemente juegue un rol expansivo en el 2013 es la política fiscal, más allá que los números del Presupuesto para dicho año sugieran lo contrario. Al respecto corresponde señalar, por ejemplo, que se prevé un incremento del gasto público primario de solo el 15.5%, incluyendo un aumento mínimo en los subsidios al transporte y la energía del 3%. Sin embargo y tal como ha ocurrido en años anteriores, el gasto público en la realidad superará ampliamente al presupuestado y la diferencia será solventada con excedentes de recaudación y con fondos provenientes del Banco Central y la Anses.

Las proyecciones señaladas, en el sentido de un escenario 2013 con políticas expansivas, basadas en mayor excedente de divisas, atraso cambiario e incrementos del gasto público financiado crecientemente con emisión monetaria pueden tener un impacto positivo, aunque moderado, sobre el ritmo del crecimiento económico. El ya señalado informe de la Cepal, prevé un aumento del 3,5 % del PIB de nuestro país en el año 2013.

De todos modos, las políticas fiscal, monetaria y cambiaria proyectadas conllevan también riesgos de desequilibrios macroeconómicos, en particular referidos a una aceleración del proceso inflacionario, por un lado, y a una creciente pérdida de competitividad, por el otro. En ambos temas, además, juega un papel relevante el comportamiento negativo de la inversión, que cayó 15% en el segundo trimestre del 2012.

La pérdida de dinamismo del proceso inversor está asociado, en parte, al desincentivo provocado por la significativa desaceleración productiva registrada en la primera mitad del año en curso, pero fundamentalmente por la creciente incertidumbre que generan las sucesivas restricciones sobre el comercio exterior, el mercado de cambios, el giro de utilidades, el financiamiento en divisas, el desconocimiento de la inflación, etc. Cabe recordar, por cierto, que las decisiones de inversión están siempre vinculadas a escenarios temporales de mediano y largo plazo.

Informe Económico de Coyuntura -Noviembre de 2012- Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.