Economía
 
Marzo - Abril 2013

BALANCE 2012 Y

PERSPECTIVAS 2013

 

 
 

Se amplió el Superávit Comercial, a pesar de la caída de las exportaciones.

Conocidos los principales datos estadísticos de lo acontecido en la economía argentina en 2012, se pueden obtener algunas conclusiones interesantes. Además, tales indicadores señalan fortalezas y debilidades que permiten sustentar ciertas reflexiones sobre las expectativas para 2013.

En primer lugar, se comprueba que la economía experimentó una fuerte desaceleración productiva en 2012, ya que el incremento del PIB, que había sido de 8,8% en 2010 y de 7,0% en 2011, descendió a 1,9% en 2012. Inclusive, como es habitual, la mayoría de los analistas privados considera que la expansión productiva del año pasado fue más modesta aún.

Llamativamente, además, a pesar del freno al crecimiento la tasa de inflación se sostuvo en altos niveles, del orden de 25% anual, según las estimaciones privadas.

En consecuencia, el fenómeno inflacionario parece haber alcanzado una cierta autonomía y pierde relación con el nivel de actividad económica.

En el sector externo, por su parte, se observó un aumento en el superávit comercial de 2012, que ascendió a u$s 12.700 millones, a pesar de una contracción de las exportaciones de 3%. La ampliación del superávit tiene que ver con una caída más significativa aún de las importaciones -de 7%-, como consecuencia del menor nivel de actividad y del control oficial sobre las mismas.

La insuficiencia de divisas ha retornado, sin embargo, como una restricción significativa y el ejemplo más contundente es la creciente limitación a la compra de moneda extranjera.

En el terreno fiscal y por primera vez en muchos años, se registró un déficit en el resultado primario –esto es, antes del pago de intereses de la deuda pública–, que fue superior a los $ 7.000 millones, a pesar del creciente uso de recursos financieros provenientes del BCRA, la Anses y otros organismos del Estado. La profundización del conflicto entre la nación y las provincias por el uso de los recursos públicos, constituye una evidencia sobre la presencia de desajustes presupuestarios cada vez más importantes.

En el mercado laboral, el descenso del nivel de actividad provocó un aumento de la tasa de desocupación hasta el trimestre III de 2012 (7,6%), pero luego descendió hacia fin de año a 6,9%. De todos modos, es evidente que la generación de empleo por parte del sector privado se ha desacelerado sensiblemente desde el año 2007 en adelante, en tanto que el incremento del empleo público –que ha sido relevante en los últimos años– también pierde dinamismo de la mano de los problemas presupuestarios de muchas jurisdicciones, en particular de provincias y municipios.

El escenario planteado por el de-sempeño de la economía argentina en 2012, muestra un debilitamiento significativo en los principales factores que sustentaron el crecimiento en los últimos años por el lado de la demanda agregada. Tanto el consumo como la inversión y las exportaciones, perdieron dinamismo en 2012, en parte por razones circunstanciales –como la sequía que afectó la producción agrícola–, pero fundamentalmente por restricciones macroeconómicas y expectativas negativas que están erosionando los niveles de competitividad.

A partir del contexto señalado cabe proyectar un comportamiento económico similar en 2013, aunque puede esperarse una mejora en los indicadores de crecimiento, básicamente por el lado de las exportaciones, si se concreta una mayor producción en la actual campaña agrícola y con elevados precios internacionales y, por otro lado, si se confirma la recuperación del mercado brasileño parala colocación de nuestros productos. Con respecto al PIB de Brasil, se estima que habría crecido solo 1% en 2012 y la proyección oficial es 4% para 2013. Sin embargo, las proyecciones no oficiales son más modestas y oscilan entre 2,5% y 3% para el año en curso.

En definitiva, la idea es que una mejora en las exportaciones argentinas en 2013 permitiría flexibilizar los controles sobre las importaciones y, con ello, mejorar el desempeño de la industria, que tuvo un resultado negativo en 2012. Si a la esperada reactivación del nivel de actividad económica –aunque sea moderada– se le agrega una inyección fiscal por el lado del gasto público, el gobierno considera que podría generar condiciones electorales más favorables durante el corriente año.

Al mismo tiempo, sin embargo, es factible que continúen deteriorándose las condiciones macroeconómicas (inversión, competitividad, estabilidad monetaria, etc.) que permitirían viabilizar un crecimiento sostenido de mediano y largo plazo.

Evolución del balance comercial

El comercio exterior del país presentó en 2012 una reducción de su monto total, que fue de 5% respecto del año precedente.

Si bien tanto las ventas como las compras externas disminuyeron en sus valores totales, esto fue más notorio en las importaciones, que bajaron 7% frente a 3% de reducción en las exportaciones.

Esto último significa una cierta reversión de la tendencia de los años anteriores, cuando el aumento de las importaciones superaba el incremento de las exportaciones. Como consecuencia, en 2012 se alcanzó un superávit comercial mayor que en los dos años precedentes
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La disminución de las importaciones fue exclusivamente el resultado de una baja de los volúmenes físicos (-7%), ya que los precios no variaron.

A su vez, la reducción de las exportaciones se debió a una caída de 5% en las cantidades y un incremento de 2% en los precios.

La caída de los volúmenes importados -factor clave del mayor superávit comercial- respondió básicamente a las restricciones a las importaciones dispuestas por las autoridades y al débil desempeño productivo de la industria manufacturera.

Con respecto a la reducción de los volúmenes exportados y más allá de la tendencia bajista de la demanda externa –a raíz de la crisis internacional- y ciertos problemas de competitividad de la producción local, resultaron decisivos los efectos de la sequía sobre la producción exportable disponible, así como la contracción de las compras de Brasil, especialmente en automotores.

 

Fuente: Informe Económico de Coyuntura - Marzo de 2013 - Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.