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Del 100% de los
clientes insatisfechos …el 4% se queja, …el 90% no se
queja pero… no vuelve a comprar.
Las relaciones
humanas -dada las variables que entran en juego- son de por sí
complejas y más, cuando hablamos de expectativas y deseos donde
se abre un mundo infinito de posibilidades que conllevan a la potencialidad
de la insatisfacción.
Claro está que este descontento también se da como consecuencia
de errores en las personas que prestan el servicio y/o fallas en el
sistema o producto.
La realidad es que por un tema u el otro, o por ambos, no existe una
empresa que no haya tenido que enfrentar el enojo y la queja correspondiente
de un cliente.
Aunque a muchos les pueda parecer equivocado o irónico, una queja
resulta un acontecimiento de gran relevancia para la organización
dado que ésta les permite saber dónde se está fallando
y tener una guía para poder mejorar su prestación hacia
su público objeto.
Si se considera que del total (100%) de los clientes insatisfechos…el
4% se queja. El 6% no se queja, pero vuelve a comprar. El 90% no se
queja pero… no vuelve a comprar. Y como si fuera poco, de ese
100%, el 13% expresa su disgusto y disconformidad hasta a 20 personas
de su entorno y 87% lo hace hasta 9 personas cercanas se hará
evidente que muchas veces se está fracasando en el servicio/oferta
y no hay nadie que se lo esté marcando.
En virtud de esto la queja es el síntoma que le permite al médico
llegar al diagnóstico e intentar la cura y sin ella el futuro
de la persona/organización estaría ya determinado hacia
la desaparición.
Pero aun siendo de tal trascendencia debe ser adecuadamente manejada
ya que sus efectos pueden ser terriblemente dañinos e incrementarse
o bien convertirse en algo positivo que juegue a favor de la firma.
Entonces, ante una queja de un cliente recuerde obrar de la siguiente
forma:
1. Haga ver su agradecimiento.
Si, su agradecimiento por la actitud del cliente en llevar a cabo la
queja. Debe ser sincero y de manera cuidada para que no parezca una
irreverencia hacia el que la emite. Hágale saber al cliente que
su queja le permite corregirse y eso es parte del proceso de mejora
que toda empresa y persona debe asumir.
2. Contacto visual y escuchar sin hablar.
Mire a los ojos al cliente pero hágalo de manera natural y con
humildad. Esto le permitirá a este último reconocer que
se lo está atendiendo. Luego, invítelo a que le explique
el problema y por nada del mundo intente responder sin antes escuchar
atentamente. Deje que el consumidor se exprese y canalice su enojo.
Si Ud. lo interrumpe solo lo hará enojar más y posiblemente
consiga que se incremente la violencia y el conflicto o en su defecto,
el cliente se retire y expanda a terceros aun más su malestar.
3. Empatía.
Sienta real empatía. Póngase en el lugar del otro y como
lo vive el otro y exprésele que realmente comprende la situación.
Si no siente como él seguramente nada de lo que le diga le convencerá,
él debe saberlo a usted sincero en sus expresiones; las fórmulas
acartonadas no funcionan para ello.
4. Repita.
Siempre desde la humildad de aquel que es el que está al servicio
del otro “a ver si entiendo bien, Ud. dice que…”
y explica el problema que le expuso el cliente. Esto permite ajustar
el problema a lo que realmente quiere señalar el consumidor y
no empezar a responder cuestiones que no se han interpretado correctamente.
5. Disculpas.
Pida disculpas sin importar si usted ha sido el responsable o lo ha
sido cualquier otra persona de la organización. Es la empresa
toda la que ha fallado y en su persona se encuentra la cara visible
de ella. Independientemente de ello, utilice el yo y no el nosotros.
El nosotros suena menos sincero y menos emocional.
6. Pregunte.
Pregunte el cómo podría ayudar a resolver el problema
y que se sienta satisfecho. Luego solicite sólo la información
que resulte imprescindible para resolverlo. El pedir todos los datos
muchas veces refuerza y revive el enojo.
7. Comprométase y prometa.
Hágase cargo del problema y exprésele al cliente que usted
en persona verá que se busque la solución adecuada y si
promete la misma, simplemente, cúmplala sin importar el costo
que haya que asumir.
8. Resarza, compense.
Todo perjuicio tiene un aspecto psicológico y otro material.
El psicológico debe atenderse desde la comprensión, la
contención y las disculpas. El material requiere de un resarcimiento
acorde; si puede ser con lo solicitado mejor pero de no ser posible
debe buscarse algo que termine siendo satisfactorio para la gente más
allá si lo que han comprado es ello u otra cosa. De cualquier
manera, siempre debe existir la reparación material ya que la
misma también obrará a modo de recuerdo en el tiempo y
factor de comentarios positivos de la firma ante terceros.
9. Cumpla velozmente.
Haga lo prometido a la mayor brevedad posible. Aquí el tiempo
cuenta dado que la relación es tirante y los niveles de tolerancia
son prácticamente nulos.
10. Compruebe la satisfacción del cliente.
Verifique que el cliente haya recibido lo prometido y que todo aquello
que deba llevarse a cabo se cumpla en tiempo y forma. Haga un seguimiento
personalizado de la situación y cerciórese que todo haya
salido bien y que el cliente volvió a restablecer la confianza
en la organización a partir de la nueva satisfacción lograda.
A posterior, lleve a cabo las notificaciones e informes correspondientes
para que el error o falla no vuelva a suceder lo que en definitiva se
constituye en el proceso de ajuste y mejora continua que todo ente debe
asumir.
Recuerde tres temas importantes:
a) Tenga siempre presente que el cliente es el que en verdad paga todos
los salarios, incluso el del dueño, por ende, su enojo puede
implicar que la fuente de trabajo -el día de mañana- deje
de ser tal.
b) También considere que el cliente es mudo y ” no suele
hablar cuando no le gusta algo, por ende, en aquellos casos que esto
no es así la organización toda debe estar atenta y aprender.
c) El cliente disconforme es vengativo. No solo no va más al
local o empresa sino que se encarga que otros también dejen de
ir.
Considere lo dicho y esté atento a las quejas, si las maneja
bien es muy posible que un cliente prácticamente perdido pase
a ser un cliente satisfecho y fiel. De usted y de su gente depende.
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