La capacidad de atención de una persona varía entre 5 y 15 minutos.
Es
particular la forma de trabajar del cerebro humano y cómo ello
impacta en la de evaluar al contexto reinante, a la valoración
de la oferta y a la selección y compra del producto/servicio.
Los profesionales del marketing y aquellos que se vinculan con la administración
de negocios y la conducción de personal nos hemos encontrado
que parte de nuestra dedicación debe estar orientada al estudio
de los conocimientos que imparte la medicina acerca del órgano
rector de las acciones del ser humano (voluntarias o no), el cerebro.
En relación a ello, hoy sabemos mucho más del mismo de
lo que se sabía hasta hace pocos años atrás y esto
debe derivar en el perfeccionamiento de las técnicas y herramientas
que se utilizan en la conquista del público objeto.
Por eso, si tiene que dirigirse a un grupo, si tiene alumnos o debe
hacerlo a su propia familia considere estos aspectos:
Cuanto
más corto mayor atención.
Se ha determinado que la capacidad de atención de una persona
es extremadamente reducida.
La atención explícita o ejecutiva–como se la denomina-
es aquella que puede ser controlada cognitivamente y de forma consciente
por el individuo.
Es utilizada cuando se requiere concentración en forma selectiva
sobre uno o más puntos o estímulos.
Este tipo de atención exige un gran esfuerzo y consumo de energía.
Consecuentemente, la capacidad para ser sostenida –en términos
generales- es de 5 a 12-15 minutos.
Pero esto es mayormente posible si en dicho momento no hay en el contexto
estímulos (estresores) que activen el Sistema Activador Reticular
Ascendente (SARA) y eso genere distracción.
Cuando se exige un mayor tiempo se cae en una atención parcial
que puede durar entre 40 a 45 minutos, siendo necesario un descanso
para poder recuperar la capacidad de atención.
El cerebro, además de recibir estímulos del exterior que
lo incitan a distraerse, también se ve afectado por otros factores
propios de las distintas tareas y procesos que lleva a cabo al mismo
tiempo, siendo uno de ellos el de vincular la información que
se está recibiendo con los conocimientos que ya se poseían,
sacar conclusiones y guardar las mismas en la memoria de largo plazo.
Todo esto hace que se interrumpa la atención, se procese y se
vuelva a fijar la misma nuevamente.
Este proceso se denomina alternancia de la atención”.
Conclusión: Si Ud. quiere que su mensaje sea escuchado y aprendido
estructúrelo para una extensión no mayor a 10 minutos
y si debe ser más largo, considere que la atención decae
y se requiere descanso para volver al nivel de máxima focalización.
Considere que cuanto mayor sea la densidad de atención (porcentaje
de la capacidad total de atención que concentramos en un estímulo
determinado), mayor será la probabilidad que haya sido guardado
en la memoria a largo plazo.
El
que mucho abarca.
Hay gente que se ufana de poder hacer varias cosas a la vez y todas
bien. Esto es en parte cierto pero tiene un límite…muy
bajo por cierto. De hecho el psicólogo y doctorado en Harvard
George Miller, autor del artículo "El mágico número
siete, más o menos dos" (1956 Psichological Review) demostró
que el cerebro puede gestionar un máximo de siete, más
menos dos, unidades de información a la vez.
Esta capacidad es denominada “atención dividida”
y se vincula con la memoria operativa o de trabajo. Lo que en verdad
hace es dividir la capacidad de focalización a fin de atender
distintos puntos de atención a costa de reducir su intensidad
en cada caso.
La atención se concibe como un almacén de recursos que
hay que distribuir entre las diversas tareas. Así es como se
ha demostrado que el hablar por celular mientras se conduce, reduce
al 50% el campo visual.
Conclusión: Si es algo importante exija la atención selectiva,
es decir el cese de toda otra actividad o distracción.
Más
dopamina, mayor atención.
La dopamina es un neurotransmisor que se genera cuando el individuo
entiende que recibirá una recompensa. Como consecuencia el cerebro
pretende alcanzarla y así pide actuar para ello.
De alguna forma genera o despierta un plus de energía interna
que ayuda a mantener activa la atención ejecutiva de forma consciente
y sostenida. Interviene en el grabado de la información en los
bancos de memoria gracias a que es un reforzador de las conexiones sinápticas.
Conclusión. Haga saber a su público que todo aquel que
entienda o cumpla con determinado precepto obtendrá un premio.
La
curiosidad.
La curiosidad como comportamiento inquisitivo natural también
ayuda a mantener la atención ejecutiva por más tiempo.
El deseo de saber el cómo finaliza una situación, la incorporación
de conocimientos y el descubrimiento de cosas nuevas lleva a que el
individuo mantenga la atención sobre lo que se está haciendo,
escuchando o viendo.
Conclusión: Formule su exposición de forma que despierte
la curiosidad por lo que va a decir o hacer. Utilice metáforas,
adivinanzas y las preguntas.
Riendo
la gente se entiende.
El humor produce placer gracias a la generación de endorfinas
lo que también hace que la gente –en términos generales-
se sienta mejor, más inteligente y más conectada con el
otro y por consiguiente se estimule su atención y la expectativa
para no dejar de captarlo y entenderlo.
Conclusión: Tenga preparado una serie de chistes o situaciones
jocosas y practíquelas para que pueda expresarlas en forma natural.
Cuidado
con SARA
En la parte superior del tronco encefálico se encuentra el Sistema
Activador Reticular Ascendente (SARA) que se vincula con la parte más
primitiva del cerebro y de él deviene la “atención
implícita” que es instintiva, inconsciente e involuntaria.
Este sistema actúa como filtro de los estímulos que se
perciben y se activa fundamentalmente con el cambio. Lo conocido no
implica mayor riesgo y de allí el famoso precepto mejor malo
conocido que bueno por conocer..
Dentro de su automaticidad, también actúa cuando la persona
está frente a una recompensa detectando la misma a fin de la
acción racional.
Conclusión:
- Cuide que el entorno sea seguro, con la menor cantidad de elementos
estresantes posibles.
- No exprese mensajes que puedan transmitir peligro.
- Trate que la información a transmitir sea considerada un premio
o recompensa a la luz de las necesidades del oyente.
Es claro que el tema tratado es muy basto y lo expuesto es sólo
una mínima parte. No obstante, este pequeño apunte puede
ser la diferencia entre un buen o un mal resultado.
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