Curiosidades
 
Febrero 2012
NOPReview - Febrerp 2012

IDENTIFICACIÓN:
EL NOMBRE Y EL APELLIDO


Dr. Luis Alberto Bregni
 
  Los apellidos comenzaron a usarse en el Siglo XII pero demandó muchos años que todos tuvieran uno.

La necesidad que los seres humanos se identifiquen, unos de los otros, nace desde épocas remotas.

En pequeñas organizaciones, no era generalmente necesario mas que el nombre de pila o a lo sumo un único identificador, tipo mote. En un grupo de amigos, nos referimos a Oscar, Viviana, Eduardo, Marcelo, Marcela, José Luis, Nora o Graciela, sin necesidad de agregarle ningún otro identificador.

Es difícil que, exista confusión cuando uno habla con otro y se refiere a alguno de ellos.

Sin embargo, si el grupo se agranda, la cuestión comienza a complicarse y el nombre, por sí solo, no resulta suficiente. Es ahí, cuando aparece otro atributo de identificación como puede ser un segundo nombre o tal vez, un pseudónimo “chileno”, “tano”, “gordo”, que, como identificador único, lo referencia. También es posible, que el agregado sea el del segundo nombre, si lo tiene o el del apellido o nombre de familia. Gesualdo, Arias, Saavedra...

El agregado de los pseudónimos a nivel de un grupo, como veremos, ha tenido que ver en la historia, con la formación de los apellidos.

El nacimiento de los apellidos

Adán, según el Génesis, es el primer ser humano conocido por su nombre. Este sólo identificador era suficiente para saber de quien se hablaba.

Cuando hubo muchos Adán, muchos José, muchos Pedro, al igual que en el grupo de amigos a que nos referíamos, se los necesitó identificar, usándose en principio, como segundo identificador el lugar de su procedencia. Heráclito de Éfeso, Francisco de Asis.

Es así, como comienzan a nacer los apellidos, los segundos identificadores que, mas allá del nombre dado por los padres al hijo, identificaban la familia a la que pertenecían.

En Europa, los apellidos comenzaron a usarse recién en el Siglo XII, pero tomó muchos años hasta que todos sus habitantes tuvieran uno.

Se reconocen diversos orígenes de apellidos, siendo los más comunes aquellos que derivan de:

* Lugares de pertenencia
* Nombres de plantas, animales o colores
* Apodos
* Oficios o cargos
* Referencia de pertenencia a otra
persona
* Situación o características físicas
personales.
* Errores gramaticales de transcripción.

Es así como, en apellidos de origen sajón, la terminación SON implica “ hijo de”, como en los españoles EZ, tienen el mismo significado. Peterson, hijo de Peter, Gonzalez, hijo de Gonzalo.

Los apellidos se fueron combinando por las uniones de parejas y el nacimiento de hijos, con distintas características dependiendo del país que se trate.

APELLIDO DEL PADRE – El caso típico es Argentina, donde, a opción de los padres, puede agregarse el apellido de la madre.

APELLIDO DEL PADRE + APELLIDO DE LA MADRE – Países como Bolivia, Chile, Perú y Venezuela han adoptado este sistema.
APELLIDO DE LA MADRE – como en el caso de Gales.

APELLIDO DE LA MADRE + APELLIDO DEL PADRE, como se utiliza en Portugal.

La identificación evoluciona mas allá del nombre y apellido.

Es recién en el Siglo XVI cuando las iglesias comienzan a llevar registro de las personas en sus libros parroquiales y en el XIX cuando, España y otros países americanos deciden llevar registro de ellas, con la promulgación de la Ley de Registro Civil.

El hombre ha trascendido el grupo de amigos y el pequeño círculo en el que se desenvolvía y progresivamente fue ampliando su radio de acción.

En un pequeño pueblo, es posible todavía hoy, aplicar ciertos principios de identificación utilizados en el pasado e inclusive, al que nos referimos para un grupo de amigos al comienzo de esta nota, donde, todos se conocen.

Para bien o para mal, esos grupos han ido creciendo, se han agrupado en ciudades, en organizaciones cada
vez más grandes y complejas y es allí, donde la despersonalización comienza y los identificadores básicos y principales,el NOMBRE y el APELLIDO son insuficientes.

Qué mejor política de la tan mentada, CONOZCA A SU CLIENTE, pudiera ser la de un gerente de un Banco que conoce por nombre y apellido a cada uno de ellos, que conoce a qué se dedican, sus relaciones personales y comerciales, en si, quién es cada uno. Lamentablemente, cada día esto se torna más y más difícil y hoy conocemos a nuestros clientes, por números más que por letras.