Tecnología
 
Mayo 2012

RECONOCIMIENTO POR HUELLAS DIGITALES

Por Dr. Luis Alberto Bregni Director de NOP

 
 

Nacemos y morimos con las mismas huellas. Nuestro cuerpo nunca miente y de ahí su invalorable importancia.

UEl reconocimiento por la lectura de huellas es uno de los más conocidos controles biométricos.

Por su característica de únicas y consistentes a lo largo del tiempo, han sido usadas para identificación por casi un siglo.

Son sencillas de tomar, presentan interesantes características de seguridad, son únicas, hay variados recursos desde donde tomarlas, pues los 10 dedos de las manos las tienen y por todo ello, son un standard en materia de controles.

Un poco de historia

En Babilonia, las tabletas de arcilla usadas para las transacciones comerciales utilizaron huellas digitales. En la antigua civilización China y en la Persia del siglo XIV fueron encontradas en sellos de barro y en varios documentos oficiales.

Sin embargo, el uso de las huellas como método de identificación de personas, ha sido de uso habitual recién desde finales del 1800 cuando Sir Francis Galton definió los puntos (características) a tener en consideración para distinguir una huella de otra.

En Argentina, Juan Vucetich en 1891, introdujo en el ámbito de la Policía de la Provincia de Buenos Aires este método de identificación, mientras dirigía la Oficina de Identificación Antropométrica.

Los aciertos en investigaciones generados por la aplicación del nuevo método, llevaron a que a principios del 1900 los documentos de identidad argentinos, comenzaran a llevar este tipo de identificación de control.

Concepto

Una huella digital aparece como una serie de líneas oscuras, crestas que representan la parte de contacto con la piel del dedo, seguida de valles o zonas claras, identificadas como espacios blancos.

Se generan en la persona entre el tercer y cuarto mes de gestación y lo acompañarán durante toda su vida. Aún en caso de destrucción del tejido que las contiene, al regenerarse, lo hará conservando sus características iniciales.

Las líneas que la componen, no son iguales de persona a persona, e inclusive, difieren entre hermanos gemelos. Se mantienen inalterables en el tiempo en cuanto a su conformación y no son hereditables.

Existen en una huella alrededor de 100 puntos a identificar. El final de una línea, una bifurcación que puede ser simple o múltiple, una isla, un cruce de líneas, un puente entre dos líneas, un punto, etc., son algunos de ellos.

Identificación por reconocimiento de huellas

Está basada en los puntos que Galton definió, en la ubicación y dirección que presentan los mismos.

Este proceso se realizó inicialmente en forma manual, partiendo de la impresión con tinta de la huella sobre un papel. Así las crestas y los valles se transfieren al papel en forma de líneas oscuras y zonas blancas.

La clasificación de las huellas ha evolucionado notoriamente, desde la invención de la computadora y la sistematización que se realizó de estos procedimientos.

Fue recién a finales de los 60 que el proceso comenzó a automatizarse.

Existiendo la necesidad de digitalizar las huellas, aparecieron lectores que se basaron en métodos ópticos de reconocimiento, otros que capturaban imagen por ultrasonido, sensores térmicos, etc.

Partiendo de la información colectada se buscan similitudes de dos formas. La primera, es por cotejo directo lo que trae aparejado problemas relacionados con la ubicación o rotación de una y otra imagen. La otra y más usada, es la de cruce de puntos de identificación, teniendo en cuenta específicamente la ubicación relativa y dirección de cada uno de ellos.

La identificación por el uso de huellas se ha transformado en un método relativamente simple en la resolución de casos criminales, donde no hay testigos presenciales.

En la lucha contra el robo de identidad, juegan un papel importante, habiendo sido incluidas en documentos de identificación personal.

La tecnología, ha permitido diseñar lectores de huellas que funcionan en conjunción con sistemas de seguridad que operan controles biométricos. Accesos a recintos físicos, a sistemas de información, entre otros, son algunos de sus variados usos.

Nacemos y morimos con las mismas huellas. Nuestro cuerpo nunca miente y de ahí su invalorable importancia.